martes, 16 de marzo de 2010

AMOR EN CUBIERTA

Él.- Con diez cañones por banda
viento en popa a toda vela,
caminaba el Conde Olinos
mañanita de San Juan.

Ella.- Qué forma más rara de madrugar, vida.

Él.- Entonces se madrugaba así, corazón.

Ella.- ¿No será el verso de otra manera?

Él.- ¿Con diez cañones por popa,
mañanita de San Juan,
madrugaba el Conde Olinos
viento en vela a toda banda?

Ella.- No me suena.

Él.- ¿Y así?:
Con diez velas, viento en banda,
madrugaba el Conde Juan
mañanita de San Olinos
a toda popa entre cañones.

Ella.- Que no, que estás mezclando versos distintos.

Él.- Ah, ya sé:
¿No es verdad, ángel de amor,
que en esta apartada orilla,
no corta el mar sino vuela
un velero bergantín?

Ella.- Ni siquiera rima. Además, ¿qué ha sido del Conde Olinos?

Él.- Fue a dar agua a su caballo a las orillas del mar. ¿Por qué lo preguntas?

Ella.- Perdona, cariño mío, pero lo estás liando más.

Él.- Pero, vamos a ver, ángel de amor: ¿es o no verdad, que en esta apartada popa, no corta el mar sino vuela, un olinos bergantín?. Se sincera y contesta, mañanita de San Juan.

Ella.- Qué quieres que te diga…

Él.- ¡Joder, que qué quiero que me digas!... Quiero que me digas, ángel cañón, que si es verdad o no que en un velero de amor el Conde Olinos está apartando bergantines que, aunque no cortan, al menos diez de ellos vuelan.

Ella.- Yo no lo he visto, desde luego.

Él.- Pero, por todos los santos, ¿es que estás ciega?... ¡Si acaba de pasar uno!.

Ella.- ¿Un qué?

Él.- Un ángel bergantín
volando a toda pastilla
por esta apartada orilla.

Ella.- Ni darme cuenta.

Él.- Pues estate el loro, mi velero, porque como se acerque uno que no vuele el mar, sino corte, nos hace picadillo.

Ella.- De todas formas, mi amor,
en este apartado mar
nunca abundó el volador;
se da más el calamar.

Él.- No digo que no, pero ¿eso qué tiene que ver con el caballo del Conde Olinos?

Ella.- Ya lo creo que tiene: el caballo bebe agua en las orillas del mar, y en el mar habitan los calamares.

Él.- ¿Desde cuándo, popa mía, los caballos beben agua de mar?

Ella.- Pregúntaselo al Conde Olinos, que madrugaba y todo sólo para eso.

Él.- ¿Tú crees que el animal llegó a beber de la salitre?

Ella.-Es que, o bebía o acababa en la barbacoa de algún siervo de la gleba.

Él.- Diez cañonazos propinaría yo al de Olinos en cada banda, vive el cielo.

Ella.- Sí, pero antes dame un beso bergantín, loco pirata.

Él.- ¿Cuando más pura la luna brille y se respire mejor, o ahora mismo?

Ella.- Mejor cuando la aurora tienda su manto y el firmamento vista de azul.

Él.- ¿Lo quieres a toda vela?

Ella.- A la deriva

Él.- Pues, hala, suelta amarras, timona mía.

miércoles, 3 de marzo de 2010

¿CON IVA O SIN IVA?

¿CON IVA O SIN IVA?

Vendedor.- ¿Cómo quiere la factura: con IVA o sin IVA?.
Comprador.- La duda ofende.
V.- Se lo propongo porque hay quien la prefiere con IVA
C.- Vamos ande.
V.- Se lo juro por mi madre.
C.- Me está vacilando.
V.- Si es mentira, que se presente aquí ahora mismo Hacienda y nos haga un chequeo.
C.- No provoque, a ver si la vamos a joder.
V.- Son cosas que se dicen
C.- Mal dichas. Imagine que se presenta.
V.- Calle, por Dios.
C.- ¿Le abono la compra en efectivo o con talón al portador?
V.- En efectivo, que deja menos huella
C.- Yo lo pregunto por si acaso, compréndalo.
V.- A quien le ofende ahora la duda es a mí.
C.- También es verdad.
V.- A ver si estamos a lo que estamos.
C.- Oiga, que yo defraudo a Hacienda como el que más.
V.- Eso está mejor.
C.- Después de evadir un par de impuestillos te fumas un cigarro y es como si acabaras de hacer el amor.
V.- Con personas como usted da gusto; en cambio hay otras de las que no te puedes fiar.
C.- Ya lo creo. A mi vecino, por ejemplo, la renta le sale a pagar, y aún así, declara.
V.- Tendrá mala conciencia y quiere purgar alguna culpa inconfesable.
C.- Un esquirol, es lo que es.
V.- ¡Y, qué manera de tirar el dinero, oiga!
C.- Eso digo yo. Con la de trampas que cabe hacer.
V.- Infinitas.
C.- Hombre, no sé si tantas, pero muchas, sí.
V.- Le digo yo que cojo ahora mismo una declaración de la renta y, si quiero, la vuelvo loca.
C.- Yo, antes no sabía, pero ahora entro en el programa PADRE y me pongo a meter y sacar cifras hasta que da lo que quiero.
V.- Es como todo en la vida. Al principio te acobardas, pero cuando coges soltura, hasta gusta.
C.- Cuando debe disfrutar usted de lo lindo es haciendo la declaración del IVA, ¿eh, pillín?.
V.- Calle, calle. Eso es para vivirlo.
C.- Me lo pinta de tal modo que estoy pensando en abrir un negocio para defraudar a tumba abierta.
V.- Lo mejor es si te pilla la inspección y cuando parece que está todo perdido, resulta que ha prescrito la deuda.
C.- Dígame: ¿Qué se siente en esos momentos?
V.- Un orgasmo en colores.
C.- Es usted total, amigo.
V.- Los impuestos no sirven para nada; se lo digo yo
C.- Según mi vecino, para pagar los servicios públicos, entre otras cosas.
V.- ¿Qué vecino, el de antes?.
C.- Sí, el que hace la declaración de la renta y paga lo que sale de verdad.
V.- Una cosa le voy a decir en confianza: tenga usted mucho cuidado con él. No es trigo limpio.
C.- Ya me parecía a mí.
V.- Se les cala rápido.
C.- Igual a partir de mañana, ni le saludo.
V.- Por si acaso.

Comprador y vendedor se despiden con un fuerte apretón de manos, cruzándose esas miradas de tipos listos que llenan de satisfacción personal.