domingo, 7 de noviembre de 2010

DIÁLOGO ESTRAMBÓTICO

A y B, pedalean tranquilamente en paralelo, por un carril-bici.

A.- Oye, ¿tú sabes de qué va exactamente lo del cambio climático?
B.- Algo sé.
A.- Pues, dime.
B.- Que con cuarenta grados a la sombra se tiritará de frío y a cinco bajo cero hará un bochorno de tres pares de fogones.
A.- Eso pasa cuando estás enfermo, tío.
B.- Lo malo es que nos va a ocurrir estando sanos.
A.- No puede ser.
B.- Si no te lo crees, no sé para qué preguntas.
A.- Es que lo que dices es imposible.
B.- Que te crees tu eso. Con el cambio climático se vuelve todo del revés.
A.- ¿Todo?.
B.- Cuando digo todo, es todo.
A.- ¿Cómo lloverá entonces?
B.- Unas veces de abajo arriba y, otras, a tresbolillo.
A.- ¿Y, el paraguas?.
B.- Le tiras y que sea lo que Dios quiera.
A.- Pues sí que estamos buenos.
B.- En un futuro, el lagarto Jaén será típico en Noruega y la morsa poblará
Despeñaperros.
A.- No veo yo a las morsas comiendo tomillo.
B.- Harán de tripas corazón.
A.- Vaya lío que se prepara.
B.- En unos años será el viento en calma el que arranque los árboles de cuajo.
A.- ¿Y, cuando azote la ventisca?.
B.- Nada. Calma chicha.
A.- Joder, qué raro.
B.- Y tanto. Por ejemplo, cuanto más diluvie más secos estarán los tomates.
A.- ¿Y, las sandías, no?.
B.- Dedúcelo tú.
A.- Entonces, mejor que no llueva, ¿no te parece?.
B.- No creas. Si no llueve en mucho tiempo se inundará todo y moriremos
ahogados.
A.- ¿De qué, si no llueve?.
B.- Coño, de agua seca.
A.- Supongo que al menos durante el día seguirá siendo de día y durante la noche, de noche.
B.- Depende. Por el día será de día, siempre y cuando el sol esté en fase de sol lleno,
pero en cuanto entre en la de sol nuevo, adiós la luz.
A.- ¿Entonces?.
B.- Hará sol, pero como si Juan y Manuela.
A.- ¿Y, la luna?.
B.- No sé, pero si yo fuera mochuelo, estaría acojonado.
A.- Me estás vacilando, B.
B.- Leches, A.
A.- Vamos a ver: ¿A ti quien te ha contado esas cosas?.
B.- Yo, que las deduzco.
A.- Perdona, pero creo que no van por ahí los tiros.
B.- ¿Qué tiros?. Yo no oigo nada.
A.- El calor te está afectando a la cabeza.
B.- Será el frío.
A.- Según yo, el calor.
B.- Veo que sigues sin entenderlo.
A.- O, tu sin explicarte.
B.- También puede ser, pero yo al menos lo tengo claro.

B da un par de pedaladas con fuerza y sorprende a A que, al reaccionar tarde, queda descolgado y, lo que es peor, con la duda de saber si en el futuro, cuando suba esa misma cuesta, sudará sólido, líquido o gaseoso.