miércoles, 14 de noviembre de 2012


EL BANCO DE MI PUEBLO


Cuando yo era pequeño, el banco de mi pueblo era ese sitio donde los mayores guardaban el dinero que tenían. Luego, una parte de este se lo prestaba el señor director a don Manuel para comprar gallinas y conejos, a la señora Amparo lo que le faltaba para ampliar la tienda de telas, y a Felipe porque tenía que comprar cubetos nuevos antes de que llegara la vendimia. Al año siguiente, los tres habían devuelto los préstamos gracias a las ganancias de sus actividades productivas, con lo cual ellos estaban tan felices y el señor director también, porque disponía de más dinero para prestar a otros vecinos. El pueblo iba creciendo, y su economía real lo mismo. Ahora, con el dinero de los mayores, ese mismo banco compra por Internet productos financieros que vende inmediatamente después para ganar más en menos tiempo, y esa demasía la vuelve a invertir en otros medios de pago más sofisticados, etc. etc… Su riqueza aumenta, sin embargo, la economía real de mi pueblo se ha estancado, y los hijos de don Manuel, de Felipe y de la señora Amparo han tenido que cerrar sus negocios familiares ante la negativa del señor director del banco a prestarles ni un euro.

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