jueves, 27 de septiembre de 2012

EDUCACIÓN PÚBLICA

UNO.- Con esto de los recortes, a los profesores les han duplicado el número de alumnos por clase. ¿Qué te parece?
OTRO.- De perlas. Donde antes aprendían 23 chavales, ahora aprenden 46.
UNO.- No rebosando, cuanta más gente se instruya, mejor.
OTRO.- Y si se ve que no caben, fuera tabiques y que agranden las aulas.
UNO.- Obras no. Hay que restringir gastos.
OTRO.- De la albañilería podrían encargarse los mismos maestros en plan voluntario.
UNO.- Incluso estaría bien que la herramienta y los materiales corrieran de su cuenta. Para eso tienen un trabajo fijo.
OTRO.- Haz la prueba: tú propónselo a uno cualquiera de ellos, aunque sea en buen plan, verás qué cara te pone.
UNO.- De intransigencia totalitaria. Se les llena la boca hablando de la educación pública, y luego no son capaces de echar ni una mano extraescolar.
OTRO.- Ya ves tú, qué trabajo les costaría dar de llana cuatro tabiques.
UNO.- Dicen ellos que cuando hay muchos alumnos por aula se enseña peor.
OTRO. - ¿Peor?. Qué risa. Eso es imposible.
UNO.- ¿Por qué lo dices?
OTRO.- Porque en la pública los maestros son funcionarios.
UNO.- Calla, calla… No menciones esa palabra que me da la escarlatina.
OTRO.- Además, si reconocen que enseñan peor, habrá que rebajar sueldos y abrir expedientes a mansalva.
UNO.- ¿Quién es mansalva?. Algún listo de la marea verde, seguro.
OTRO.- Quiero decir a lo bestia, a mogollón.
UNO.- ¡Ah!
OTRO.- También se quejan de que les han aumentado las horas lectivas.
UNO.- Pero, por Dios, si eso es buenísimo para todos: A más horas lectivas, más lecciones; a más lecciones, más lecturas, y a más lecturas, más lectores. Si lo dice la palabra.
OTRO.- ¿Cuál de ellas, que me he perdido?
UNO.- La primera que dije.
OTRO.- La primera ha sido horas.
UNO.- No digo esa.
OTRO.- Joder, cuál.
UNO.- Chico, no sé si ha sido lección, lectura o lectiva. Con tanta derivación se me ha traspapelado en la memoria.
OTRO.- No busques, que es igual. Lo cierto es que mientras la educación esté en manos de gente funcionaria, ¿qué podemos esperar?.
UNO.- Solo analfabetismo funcional.
OTRO.- Y disentería.
UNO.- ¿Disentería también?
OTRO.- Me ha venido a la cabeza de sopetón, y ya sabes que las primeras ideas son las que valen. UNO.- Entonces es que algo de eso hay.
OTRO- Y si no, que lo demuestren.
UNO.- ¿El qué? ¿El analfabetismo o la disentería funcional?
OTRO.- El disentismo, el disentismo analfabético.
UNO.- Por muy listos que sean, tendrán difícil demostrar eso.
OTRO.- Pues si no lo demuestran es porque tenemos razón.
UNO.- No, si lo tienen jodido.
OTRO.- Depende, porque luego salen los sindicalistas y les apoyan, que esa es otra.
UNO.- Eran pocos y parió la abuela.
OTRO.- Si quieres nos metemos ahora con el absentismo laboral.
UNO.- Querer, quiero, pero el que escribe esto dice que nos callemos porque no tiene más espacio. OTRO.- Pretextos. Lo que pasa es que le duele oír la verdad.
UNO.- Oye, tú, vámonos que este nos echa.
OTRO.- Entonces, habrá que despedirse con el grito que traíamos preparado.
UNO y DOS.- ¡¡La educación, o es privada o nada!!

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