PASÁRSELO
BÁRBARO
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Me voy a dar una vuelta, Sofi
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¿A estas horas, Juancar?
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Acuérdate que me llaman El Campechano
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¿Y?
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Que no hay mejor momento que la noche para
ejercer la campechanía entre mis súbditos.
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Ciudadanos.
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Bueno, tú ya me entiendes.
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Recuerda que mañana tienes que trabajar
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¿Trabajar?
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Sí. Tienes que recibir a las 11, al orfeón
del colegio Mater de Deus Amantísima.
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¿Y no puedes atenderlos tú, Sofi?
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Qué cosas tienes, Juancar.
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Estoy harto, pero harto, de tanto trabajo.
¿No tuvieron bastante con lo que curré el 23-F?
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Te tengo dicho que no puedes venir todos
los días a las tantas. Te vas quedar escuchimizado.
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Es Sabino, que me tiene la agenda a tope.
Todos los días hay un ay.
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Bueno, bueno. Vete, pero a ver qué haces
por ahí, majestad campechana.
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Lo que me dé la gana. Soy inviolable.
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¿Vas a pasar a los bares?
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No, iré a casa de alguien por sorpresa. A
mí siempre me abre. Ten en cuenta que soy el rey que trajo la democracia.
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¿Te abre? ¿Quién?
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Digo en general.
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Has dicho abre, en singular.
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Ya estamos otra vez con lo mismo. Te
recordé ayer que eres mi única reina.
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Llévate el móvil por si te pasa algo.
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No lo necesito porque hace frío y voy
directamente a su apartamento.
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¿A su apartamento?
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Es una manera de hablar.
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Invitarás tú, ¿no? Llévate la cartera.
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No te preocupes, ayer la llene con fondos
reservados.
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No vengas muy tarde.
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Según se dé. Igual, ni vengo hasta mañana.
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Pásatelo bien, mi rey.
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Pienso pasármelo bárbara.
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¿Bárbara?
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Quiero decir bárbaro. No seas mal pensada,
reina mía.
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