jueves, 7 de enero de 2010
EL BOTIJO
EL BOTIJO
Cliente.- Buenas. ¿Vende botijos?
Tendero.- ¿Qué cree que son todos esos que cuelgan del techo, murciélagos de asa?
Cliente.- Botijos, pero pudiera darse el caso raro de que no los vendiera
Tendero.- ¿Cuántas tiendas conoce usted en las que, habiendo de lo que se vende, no se vende precisamente lo que se vende?
Cliente.- Bien, no nos liemos. Yo quería un botijo
Tendero.- ¿Por qué dice quería? ¿Ya se ha arrepentido o es que se le fue la sed de repente?
Cliente.- Es una forma de hablar.
Tendero.- Poco precisa. Si usted me dice: quería un botijo, y yo le respondo que se lo vendería, la operación no llegará a realizarse nunca.
Cliente.- ¿Me lo vende, o me voy?
Tendero.- ¿Esa disyuntiva significa que si se lo vendo se quedará aquí para siempre?
Cliente.- Debe de estar usted bebido
Tendero.- Para eso hago botijos
Cliente.- Pues bájeme uno, haga el favor.
Tendero.- ¿Cuál prefiere?
Cliente.- Uno normal
Tendero.- Los botijos mongólicos no los trabajamos
Cliente.- Quiero decir corriente. Ya sabe, con asa y pitorro.
Tendero.- Es que sin asa no que quedan. Hice varios, pero a medida que los colgaba del techo se iban estampando contra el suelo
Cliente.- Pues, ¿de dónde los colgaba?
Tendero.- Del asa que no tenían.
Cliente.- Como es usted de raro, igual tiene botijos sin pitorro.
Tendero.- Hice doscientos con el pitorro macizo, para probar, pero no resultaron. La gente decía que era frustrante empinar en balde.
Cliente.- Bájeme aquél de allí, haga el favor.
Tendero.- Aquí lo tiene. ¿Qué le parece?
Cliente.- Pero... si le falta la boca. ¿Por dónde demonios se llena?
Tendero.- Por el pitorro, con una pajita. Mis botijos son para gente selecta.
Cliente.- Si no tiene otra cosa me llevo este mismo, venga.
Tendero.- Venga, no. Espere a que se lo personalice
Cliente.- ¿Me va a personalizar el botijo?
Tendero.- Nos ha jodido, mayo.
Cliente Y, ¿qué saco yo con eso?
Tendero.- Un botijo exclusivo para su sed. ¿Cómo lo ve?
Cliente.- Una chorrada.
Tendero.- Chorrada, chorro o chorrito, qué más da.
Cliente (sale de la tienda).- Tómese algo, ande.
Tendero.- ¿A su salud o a la mía?... ¡Oiga... eh... oiga, que se deja el botijo!. Si cree que se le voy a reservar, va listo...
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