martes, 22 de diciembre de 2009

DIÁLOGO DE ULTRANICHO

Muerto 1 (al 2, que acaba de ser enterrado).- Bienvenido al otro mundo.
Muerto 2 .- Joé, me ha dado usted un susto de muerte.
Muerto 1.- Querrá decir de vida.
Muerto 2.- Yo creía que en este estado no se hablaba.
Muerto 1.- Es que si no... Menudo aburrimiento.
Muerto 2.- ¿Hace mucho que yace usted aquí?
Muerto 1.- Ciento noventa y seis años y siete meses
Muerto 2.- Cuánta precisión. ¿Lleva la cuenta de cabeza?
Muerto 1.- En todo caso la llevaría de calavera.
Muerto 2.- ¿Sabe que se le entiende divinamente para no tener cuerdas vocales?
Muerto 1.- Es que nosotros con lo que charlamos es con el espíritu.
Muerto 2.- Así decía yo que retumbaba el nicho.
Muerto 1.- Aprovecho para decirle que hable bajo porque los vivos están en crisis y como se agriete la pared, no la van a reparar hasta sabe Dios cuando.
Muerto 2.- Calle usted, hombre, que he salido de la crisis hasta la coronilla.
Muerto 1.- Supongo que habrá dejado alguna pella hipotecaria a la familia
Muerto 2.- Es lo menos que podía hacer.
Muerto 1.- Eso sí; le estarán poniendo de hoja perejil.
Muerto 2.- No sé. Como ya no me suenan los oídos... De todas formas hubiese preferido seguir de vivo unos años más, las cosas como son.
Muerto 1.- Tonterías. Ya verá cómo se acostumbra.
Muerto 2.- Qué remedio.
Muerto 1.- Puesto que vamos a pasar juntos la eternidad, lo mejor será tutearnos, ¿no le parece?
Muerto 2.- Por mí no hay inconveniente. Ahora, eso de estar juntos la eternidad, depende. Lo mismo te mandan a ti al infierno y a mí al cielo.
Muerto 1.- También podría ser al revés, ¿no?
Muerto 2.- Era un decir. Por cierto, ¿cómo va ese asunto?
Muerto 1.- De ir, va algo lento. Sólo tienes que verme a mí.
Muerto 2.- Las cosas de palacio van despacio, ya se sabe.
Muerto 1.- De cualquier forma, ciento noventa seis años de espera que llevo yo, se hacen largos de cojones.
Muerto 2.-. Depende. Si los comparas con lo que queda, son un plís-plás.
Muerto 1.- Ya, pero se te desmoraliza mucho el espíritu.
Muerto 2.- ¿Y no nos podemos entretener apareciéndonos a alguien?
Muerto 1.- Poder, podemos, pero la gente se da unos sustos que luego te quedas pesaroso.
Muerto 2.- ¿Aunque vayas en buen plan?
Muerto 1.- Es que antes de que asomes la fosforescencia, se te desmayan de la impresión. Ponte en su lugar.
Muerto 2.- Lo comprendo. ¿Y si te reclama un vidente?
Muerto 1.- ¡Bah!. Sólo pregunta tonterías. Yo fui un par de veces y a los cinco minutos ya me había largado por el techo.
Muerto 2.- ¿La segunda también por el techo?
Muerto 1.- Es por donde más mola. No sé si habrás visto Poltergeist...
Muerto 2.- A mí es que no me gusta dar sustos grandes.
Muerto 1.- Yo tampoco soy partidario, pero por ejemplo a Bush le hubiese dado unos cuantos.
Muerto 2.- A buenas horas, mangas verdes.
Muerto 1.- Si no lo hice fue por si localizaba mi aparición y mandaba bombardear el cementerio.
Muerto 2.- ¿Para matar muertos?. Eso es una tontería
Muerto 1.- Sería lo propio, viniendo de él
Muerto 2.- También es verdad.
Muerto 1.- A otro que se le puede asustar hasta que devuelva la pasta es al Madoff, ese.
Muerto 2.- Y al juez Ferrín Calamita.
Muerto 1.- Hay tantos, que no daríamos abasto.
Muerto 2.- Te veo poco animado.
Muerto 1.- Los primeros lustros eran otra cosa, pero a medida que transcurre la eternidad, vas haciendo pereza.
Muerto 2.- Me dice mi espíritu que nos larguemos de apariciones.
Muerto 1.- ¿Ya?. Leche, pero si acabas de morirte
Muerto 2.- La novedad... Ya sabes

(Se oye un siseo misterioso y Muerto 2 sale del nicho en forma de efluvio, sorteando cipreses con una agilidad asombrosa)

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