A DON CRISTÓBAL MONTORO
El gobierno anda buscando dinero como loco en
los caladeros de las clases media y baja. Después de subirnos el IRPF, el IVA,
el IBI, el transporte, la luz y el gas; después de introducir el repago
sanitario, retirar la ayuda a los dependientes, facilitar los despidos, reducir
los salarios, mandar a miles de interinos al paro, etc. etc., y mientras
deciden cuándo y cuánto nos bajará las pensiones, usted, don Cristóbal, puede
combatir la ansiedad que toda espera produce rebañando aún más los bolsillos
más humildes; por ejemplo con la instalación de fontímetros en los
grifos de las fuentes (se cobraría por tragos), ludómetros en los
columpios, toboganes y balancines de los parques públicos, sombrómetros
en los árboles de copa hermosa y banquímetros en los bancos y poyos de
las aceras patrias. También ayudaría a cumplir los objetivos del déficit cobrar
peaje en los carriles-bici, gravar el cobijo que proporcionan las marquesinas y
aplicar un impuesto que actúe como cajón de sastre de ocurrencias futuras (el
IOFU). Lo que hay que hacer es darle más el tarro, don Cristóbal, hasta
dejarnos secos como la mojama a nosotros, a los de siempre.
En cuanto al capital de los de su clase y
condición, ya sabe que una parte de la riqueza la tienen a nombre de
testaferros, otra anda dando réditos en paraísos fiscales, y el resto lo
invierten en deuda pública, esa por la cual usted les paga de nuestros
bolsillos el 6 y pico por ciento de interés con fondos que ellos consiguen solo
al 1. En este último caso me estoy refiriendo a sus amigos los banqueros, ya
sabe.
Siempre ha habido ricos y pobres, señor
Montoro, y aunque no conocemos cuántos hay de cada grupo, lo que es seguro es
que con medidas como las que ustedes no se cansan de tomar, en España cada vez
hay menos ricos con mayor fortuna y más pobres con menos que llevarse a la
boca. Todo un éxito de su política popular.
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